La discriminación en los países árabes
La enorme
discriminación de las mujeres en Arabia Saudí, es un tema muy polémico en la
actualidad, ya que nos sorprende que a día de hoy, tantos países no intenten
impartir los derechos de igual modo para ambos géneros. Por suerte, esta
situación está sufriendo grandes avances y progresos, como que las mujeres
podrán obtener el permiso de conducir en breves.
A pesar, de que localicemos este contexto en un pasado
lejano, creo que debemos recordar que no hace tanto tiempo en España, las
mujeres también se encontraban en una situación similar, aunque no tan
limitadas. Un caso en el que lo podemos ver claramente, es que tampoco podían
abrir una cuenta bancaria sin permiso de su marido o padre.
Creo que aún queda mucho camino por recorrer, sobre
todo en los países árabes, donde consideran que la función principal de las
mujeres es complacer al hombre. Estas se encuentran en circunstancias que en
países occidentales consideramos inconcebibles; un claro ejemplo, es que pueden
ser condenadas a la muerte por lapidación al haber cometido adulterio, o
simplemente porque su marido sospeche de ello.
Asimismo, pienso que es importante destacar que en los
países árabes no se ha producido la separación entre religión y política, a
diferencia de Occidente. Desde la Edad Media se ha ido forjando una separación
de Iglesia y Estado que es inconcebible en el Islam, por lo que las enseñanzas
de Mahoma se llevan a la vida cotidiana. Creo que, si se llegara a producir
dicha separación, habría un avance mucho más notable en radicar la diferencia
entre hombres y mujeres.
Opino que otro factor que debería cambiar es el hecho de
que las mujeres se vean obligadas a adquirir, desde niñas, los roles “típicos”
de su género, tales como cocinar, limpiar, coser… En la mayoría de los casos
sin darles opción a estudios superiores y desperdiciando así toda su capacidad
y potencial.
Para terminar, resaltar que las leyes árabes fomentan la
desigualdad entre ambos géneros en prácticamente todos los ámbitos. La
igualdad, no es solo una cuestión de lucha, perseverancia y educación, sino
también de tradiciones patriarcales y apatía por parte del estado, lo que
dificulta que las mujeres conozcan sus derechos.
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