El control parental en las redes sociales


El control parental en las redes sociales y whatsapp es un tema muy polémico en la actualidad, ya que ha dado lugar a diversas opiniones, totalmente contrarias. Muchas personas apoyan la decisión de la Audiencia Provincial de Pontevedra respecto a que los progenitores tengan la autoridad para revisar los móviles de sus hijos menores de edad, ya que lo entienden como un modo de protegerlos y defenderlos del peligroso mundo de las redes que todavía desconocen en gran medida. Por otra parte, un gran grupo se opone a esta idea, debido a que la consideran exagerada y una violación de la intimidad de los niños.

                En primer lugar, pienso que es desmesurado que una niña, con tan sólo nueve años, ya sea poseedora de un teléfono móvil que, a su edad, es totalmente innecesario e incluso perjudicial en algunos casos. Esta situación empeora cuando el menor tiene acceso a todo tipo de redes, debido a que se convierte en una presa fácil para diferentes engaños o manipulaciones, como el ciberbullying, la filtración de datos personales, etc.

Siguiendo esta línea, considero que en los casos en los que el menor tiene una edad más próxima a la niñez que a la adolescencia, los padres deberían tener el control de todas las actividades que sus hijos realizan en Internet, así como el deber de mostrarles los problemas que pueden transcurrir en la red.

Asimismo, creo que sería adecuado que los niños de temprana edad, con acceso a un Smartphone, tuvieran activo un sistema de control paternal, es decir, que se requiera el permiso paterno para acceder a determinadas aplicaciones que puedan amenazar su intimidad. Este método les proporcionaría a los padres una cierta seguridad, ya que serían conscientes de a que parte de la red tienen acceso sus hijos, y a ellos un pequeño nivel de libertad porque no se basa en una vigilancia continua.

                Por otra parte, opino que es necesario destacar la desconfianza que genera que los tutores revisen los teléfonos de sus descendientes sin su consentimiento. Este problema se acentúa según la edad, puesto que una vez llegada la adolescencia, los padres deberían mostrar más seguridad en sus hijos y en que llevaran a la práctica las enseñanzas impartidas por ellos. Además, hay que tener en cuenta que no siempre podrán protegerlos y que a partir de un determinado punto, ellos deben aprender a diferenciar lo bueno de lo malo sin ayuda de nadie.

                Para terminar, pienso que un cierto control por parte de los padres es necesario, pero siempre acorde con la edad, los conocimientos y la madurez de cada niño. Y sin llegar nunca al extremo de que el menor se sienta agobiado o incomprendido debido al exceso de protección.

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