El acoso escolar
El acoso escolar,
también conocido como bullying, es un tema muy polémico en la actualidad y que
cada vez alcanza mayor trascendencia debido a las redes sociales, es decir, el
malestar de las víctimas no acaba al llegar a casa sino que aquí aún pueden
seguir siendo acosadas mediante la infinidad de aplicaciones de mensajería
instantánea existentes.
En primer lugar, en
caso de que presenciemos una agresión y no actuemos en ayuda de la víctima nos
convertiremos inmediatamente en cómplices del acosador, no debemos mirar para
otro lado y argumentar que “el asunto no va conmigo” porque en caso de que
fuera así, si estuviéramos en el lugar de la víctima, no nos gustaría que
apartasen la mirada. En este aspecto tiene más que ver la humanidad de cada
persona, el deseo de combatir las injusticias y, sobre todo, la valentía, ya
que en multitud de casos los compañeros no intervienen por miedo a convertirse
en los próximos objetivos de los agresores.
En segundo lugar, es
relevante señalar que la sociedad condiciona de cierto modo a las víctimas para
que lleguen a avergonzarse de serlo y así no tengan el valor de acudir a un tutor
o a un docente. Esta situación debería cambiar totalmente, si nos hacen daño
deberíamos manifestarlo sin temor a ser juzgados, todos necesitamos ayuda en
algún momento de nuestra vida y no por eso vamos a ser menos válidos.
Para terminar, la
sociedad no debería enseñar a las víctimas a defenderse o a impedir las
agresiones, sino que debería educar a los agresores para que no lleguen a
producirse dichas situaciones. En la mayoría de los casos, los acosadores
actúan de tal modo para sentirse superiores a alguien, lo que manifiesta una
conducta insegura e, incluso e irónicamente, de debilidad. Esta es la raíz del
problema, que solo puede tornar con un cambio en la mentalidad, enseñando a los
más jóvenes que el sufrimiento de otro no debe reconfortar y mucho menos
hacernos sentir mejor.
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